Conferencia sobre la protesta en Colombia inauguró seminario sobre violencia y conflictos en América Latina

Conferencia sobre la protesta en Colombia inauguró seminario sobre violencia y conflictos en América Latina

Con la conferencia de Mauricio Archila Neira, sobre la protesta en Colombia, comenzó el 11 de agosto de 2020 el ciclo virtual de conferencias del I Seminario Internacional: “Historia y memoria de la violencia y los conflictos en América Latina”.

El seminario se desarrollará de agosto a noviembre de 2020 a través del canal YouTube Uninorte Académico. Cada martes, a las 11:00 a.m. (hora en Colombia) tendrá lugar una conferencia virtual sobre las dinámicas históricas y de la memoria de las violencias y los conflictos en países desde Centroamérica hasta el Cono Sur.

Durante la sesión inaugural, los coordinadores del seminario explicaron que este espacio académico es relevante porque abordará realidades cambiantes y problemáticas de América Latina. Destacaron la calidad y el intercambio entre ponentes y sobre diversas temáticas que facilitará facilitará el programa.

Un renombrado grupo de investigadoras e investigadores de América Latina y Europa ha sido convocado por el Instituto Colombo-Alemán para la Paz – CAPAZ, en asocio con el Centro CALAS (Merian Center for Advanced Latin American Studies), el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad del Norte (Colombia) y la Universidad Justus-Liebig-Universität Gießen (Alemania).

Conferencia inaugural: las protestas en Colombia

Mauricio Archila es profesor titular del Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia e investigador asociado del CINEP. Su conferencia partió de la investigación del CINEP sobre las luchas sociales en Colombia desde 1975.

Acceda a la grabación de la conferencia inaugural

Según los definió el profesor Archila, los movimientos sociales son acciones sociales colectivas que persisten en el tiempo y corresponden a un espacio específico. Dan cuenta del pulso de la democracia, más allá de ser de izquierda o derecha. No se quedan en la resistencia o la concentración; proponen una agenda programática y hacen visibles los desajustes de una sociedad.

Tres aspectos dan fuerza a los movimientos sociales: los argumentos que los motivan; su capacidad de movilización (cuánta gente movilizan), y la forma cómo se hacen visibles. La agenda del movimiento social responde más a la lógica reivindicativa y participativa que a la electoral. No obstante, “no toda movilización necesariamente configura un movimiento social”, puntualizó Archila.

Captura de la ponencia de Mauricio Archila/Screenshot, Mauricio Archila’s lecture

Las protestas tienen un carácter público y construyen vínculos sociales, en defensa del derecho a la diferencia. Buscan visibilidad y resonancia a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Estos rasgos de la protesta se han visto afectados por la actual pandemia.

La tendencia entre 1975 y 2019 muestra una estrecha asociación entre lucha social y democracia: a mayor apertura a la democracia, suelen haber más movilizaciones. Otro rasgo que evidencia el análisis es el auge de la protesta social en contextos de diálogo con la insurgencia. Un corte a esta tendencia lo marcó el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, el cual tuvo un tono más autoritario, explicó Archila.

Años 1970-1980

La estadística más precisa con la que se cuenta es del número de protestas y no de los protestatarios, aclaró el profesor Archila. En los primeros años analizados, durante el gobierno de Alfonso López Michelsen se vivió un auge de movimientos sociales, especialmente estudiantiles. Su gobierno fue el primero en seguir a los del Frente Nacional. El presidente Julio César Turbay Ayala implementó posteriormente el Estatuto de Seguridad, una política represiva y de violación de derechos humanos. Durante su gobierno hubo un descenso en las protestas. El gobierno de Belisario Betancur impulsó, entre otros, reformas políticas (como la elección popular de alcaldes y alcaldesas), la descentralización y los primeros diálogos con algunos grupos insurgentes. Estos escenarios motivaron a la acción, con un repunte de las protestas en los años ochenta.

De interés: Un repaso por la lucha social en Colombia de los últimos 45 años (Universidad del Norte, 12.8.2020)

Años 1990-actualidad

La década de los noventa registró una baja movilización social, pese a la iniciativa de la Asamblea Constituyente (probablemente porque todos los esfuerzos estaban dirigidos a sacarla adelante). En el gobierno de Ernesto Samper tampoco hubo repunte de las protestas, más bien un descenso. 2013 presentó el pico más alto de protestas registrado, especialmente en torno al paro agrario, el cual no fue reconocido rápidamente por el gobierno de Juan Manuel Santos. Curiosamente coinciden la oportunidad política para la movilización rural del campesinado y los pueblos indígenas, y los diálogos de paz en La Habana. En dicho momento se movilizaron diversos sectores, no solo el agrario. En los años más recientes (2017-2019), los estudiantes de las universidades públicas, principalmente, lograron visibilidad social y mediática.

Actores de la protesta

El profesor Archila aseguró que a los actores de la protesta se les reconoce, bien sea por su identidad (de género, de clase) o por el tipo de reivindicación. Destacó que hay rostros más visibles de la protesta en cuanto a la identidad, por ejemplo, las mujeres o la población LGBTI.

Actores clásicos en la historia de la protesta y protagonistas de las luchas sociales han sido el campesinado, la clase obrera y los sindicatos. En escenarios neoliberales y de apertura económica, estos actores no han desaparecido, pero sí han perdido  visibilidad, si bien siguen siendo grandes convocantes. La violencia también ha afectado a la movilización de sindicatos, campesinos, líderes y lideresas sociales, pues su vida en Colombia corre peligro.

Actores con visibilidad creciente son la población urbana o habitantes de barrios populares, quienes protestan ante políticas públicas urbanas, prestación de servicios públicos y promesas no cumplidas; los estudiantes, quienes mantienen una movilización visible; y las víctimas de las violencias y del conflicto armado, principalmente las mujeres, cuya protesta ha adquirido resonancia creciente, especialmente durante y desde el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Los trabajadores independientes o informales conforman un grupo con visibilidad ascendente, dadas sus condiciones laborales. Sectores como el de los transportadores no son movimientos sociales, afirmó el profesor Archila, más bien grupos de presión al Estado. Los grupos étnicos mantienen una visibilidad relativamente baja; sobresalen sin embargo las protestas indígenas, en proporción a su población.

Factores de movilización

Las motivaciones a la protesta social son diversas. A tono con el análisis arriba descrito, las protestas cuyas motivaciones son más de tipo material (pliegos laborales, reclamación de tierras, vivienda y servicios públicos) han perdido visibilidad en comparación con aquellas motivadas por razones políticas, ambientales o culturales (defensa de los derechos humanos, motivaciones políticas, incumplimientos del Estado). En el último gobierno sobresale el incumplimiento de los acuerdos de paz o lo pactado con estudiantes y la población civil en ciertas regiones como Chocó o El Cauca. El profesor Archila hizo una importante aclaración sobre esta tendencia. “Colombia no ha resuelto sus problemas de las necesidades básicas, pero la dinámica de la guerra, la dinámica del conflicto ha hecho que otros factores adquieran prioridad”.

Agendas, modalidades y el lugar de Colombia en América Latina

La protesta en Colombia pasa por dos lógicas coexistentes, explicó el profesor Archila. Por un lado, la lógica de la agenda clásica de los movimientos sociales, en lugares donde hay mayor concentración de capital y recursos. Por otro lado, la lógica de la espiral de protesta, violencia, represión en la historia de Colombia, y así nuevamente, ante la apertura de nuevas fuentes de riqueza (megaproyectos o el extractivismo).

La huelga es la herencia mayor del movimiento social; no obstante, las movilizaciones, protestas e interrupciones puntuales en el espacio público suelen ser más visibles, menos costosas y más efectivas. En el sector agrario y campesino, el bloqueo de vías es un mecanismo recurrente para hacerse visible. Las formas no pacíficas de protesta -como los disturbios- afectan el estatus quo, sin embargo, la tendencia muestra que el poder de la protesta no está en la acción violenta. El poder del movimiento o las luchas sociales no radica en la violencia, sino en sus argumentos, el alcance de convocatoria y sus formas de manifestarse.

Lo que sucede en Colombia no es muy diferente a lo que pasa en otros países de América Latina. Compartimos contextos estructurales y trayectorias comunes. No obstante, Colombia es un caso particular por el contexto del conflicto armado, el cual ha durado más tiempo que en otros países. Y es que la protesta en Colombia implica poner en riesgo la vida.

Descargue el programa completo de agosto a noviembre de 2020 (.pdf)

Próximas conferencias virtuales en agosto de 2020:

Martha Nubia Bello (Universidad Nacional de Colombia) – Agosto 18 de 2020 – Más información

Roberto González (Universidad del Norte) – Agosto 25 de 2020 – Más información

 

(NW Texto: Claudia Maya. Versión en inglés: Tiziana Laudato)